El cementerio municipal de Burriana se está quedando sin nichos. Tras un último funeral celebrado durante la jornada de ayer, el PP denuncia que apenas quedan siete sepulturas libres. La media de entierros se sitúa en una veintena al mes, aunque esta cifra crece en otoño e invierno.

Ante la imposibilidad de construir nuevos nichos, el Ayuntamiento comenzó a trabajar hace unos meses en la ampliación del recinto. Pero la necesidad de urbanizar los huertos anexos y las diferencias entre la empresa adjudicataria y el consistorio, que llevaron a la paralización de las obras, son unos condicionantes que hacen que ni las previsiones más optimistas apunten a que Burriana pueda tener nuevos nichos antes del nuevo año.

Las únicas opciones para dar servicio de enterramiento a partir de noviembre consisten en la reubicación en el antiguo cementerio. No obstante, los nichos llegan a tener más de un siglo de antigüedad, hay algunos con deficiencias graves, filtraciones e incluso las funerarias tienen problemas para introducir el féretro por las dimensiones de las tumbas, hasta el punto de que se ha llegado a tener que sustituir un ataúd por uno de menor tamaño.

Al margen de esta falta de espacio, el Ayuntamiento ya tiene listo y acondicionado el cementerio para mañana, día de Todos los Santos, en el que estará abierto desde las 7.00 a las 19.00, según recordó el edil Hilario Usó.