Un nacimiento siempre es una gran noticia. Para los padres, la mejor. Sin embargo, en algunas poblaciones la llegada al mundo de un niño tiene más relevancia que en otras, y en la Torre d’En Besora celebran por todo lo alto el alumbramiento de Nacho. No es para menos, pues hacía la friolera de tres años que no contaban con ningún nuevo habitante. Teniendo en cuenta que en la actualidad son 150 los empadronados en la localidad, los motivos para la fiesta están más que justificados.

Curiosamente, el anterior nacimiento fue el del hermano de Nacho, Héctor, que este año ha comenzado a acudir al colegio del pueblo, que cuenta con seis niños en sus aulas. Un nuevo alumno es así la mejor lotería. Dicen que un niño viene con un pan bajo el brazo, y en este caso viene además con otro niño, pues dentro de un mes la Torre d’En Besora espera un nuevo bebé. «Será un récord», confirma el alcalde David Vicente. «Estamos muy contentos», añade el padre del recién nacido, Pedro.

Reivindicación del mundo rural

El progenitor aprovecha la ocasión para analizar también alguna de las claves del porqué de la despoblación rural. Afirma que «lo de la España vacía es un cuento. La están vaciando». Pedro nació en la Torre d’En Besora, y es en su pueblo natal donde reside y montado un negocio de mecanizados, que bajo su punto de vista está siendo continuamente obstaculizado por distintas instituciones: «Con el Ayuntamiento no tengo queja, pero con el resto todo son problemas. Quieren los pueblos como algo bonito para pasar el fin de semana, como un parque temático para que vengan los de la ciudad a decir ‘pobrecitos, mira lo atrasados que están’».

Este empresario asegura que si continúa encontrando obstáculos no tendrá más remedio que emigrar hacia otras poblaciones, como antes ya han hecho otros vecinos. «Con la agricultura y la ganadería no se meten porque aquí tiene que ser todo verde y rural, pero para ampliar mi taller no hay manera. Y no es el único caso», lamenta Pedro.

El alcalde de la Torre d’En Besora, David Vicente, confirma la existencia de este contratiempo: «Su taller se encuentra en una zona que no es edificable. El área industrial está en otra parte y aunque desde el Ayuntamiento estamos mejorando el plan de ordenación urbana, su caso es difícil».

Lo cierto es que el mejor y casi único remedio contra el despoblamiento rural, que está haciendo estragos en el interior de la provincia, está en que nazcan los niños, pero los habitantes de estos pueblos piden facilidades para seguir en ellos. «Voy a diario a Onda o l’Alcora y si esto sigue así tendré que irme ahí o a Castelló con mi familia, pues mi mujer es de Zaragoza y mudarnos nos arreglaría muchas cosas».

Pedro no quiere que sus reivindicaciones suenen como una lamentación: «Yo no pido ayuda, solo que nos dejen vivir tranquilos». Por de pronto, esta familia ya está contribuyendo a que la localidad del Maestrat siga latiendo con el mejor premio que puede recibir.