Algunos vecinos de Nules han comenzado a sufrir en su cartera las consecuencias de la implantación del nuevo sistema de identificación de los perros a través del ADN. Desde que lo activaron, al menos una persona se ha encontrado con la sorpresa de que se ha relacionado un excremento encontrado en la vía pública con su mascota, por lo que le han impuesto la preceptiva denuncia.

Y no ha sido la única, aunque las sanciones más habituales hasta el momento no tienen que ver con las consecuencias de realizar el análisis de las heces, sino por «no cumplir con la normativa de realizar el registro de los animales en el censo municipal», detalla el alcalde y concejal de Policía Local, David García.

Tras la implantación de este sistema, que cuenta con un presupuesto anual superior a los 40.000 euros, el consistorio dio un plazo de varios meses a los propietarios de canes para que voluntariamente acudieran al ayuntamiento para realizar la prueba gratuita de identificación por ADN. Cumplido ese periodo, advirtieron de que la negativa podría ser sancionable. Bien lo saben ya algunos de los afectados.

En concreto, las multas impuestas hasta el momento tienen que ver con «incumplir las obligaciones de inscripción en el registro municipal de animales de compañía», tipificada como infracción leve. Pero también por «no realizar la prueba del patrón del ADN una vez transcurridos los tres meses desde que entró en vigor la ordenanza». Un incumplimiento que consideran grave.

SANCIÓN ECONÓMICA / Atendiendo a lo que establece la ordenanza oficial tras la última modificación, estos últimos sancionados pueden enfrentarse a multas comprendidas entre 751 y 1.500 euros. Quienes no hayan inscrito a los perros en el censo, pagarán entre 60 y 750 euros, a no ser que sus mascotas estén consideradas como de raza peligrosa, porque entonces el importe a pagar puede alcanzar los 3.000 euros.

La Policía Local, según García, «está realizando controles» para cerciorarse de que los vecinos han cumplido con las obligaciones de inscripción exigidas.