Los vecinos de Alcossebre disfrutaron en la mañana de ayer de los actos centrales de las celebraciones dedicadas a Sant Antoni. Tras haberse desarrollado la programación en Alcalà el fin de semana anterior, fue el turno del núcleo costero, en el que los propietarios de mascotas, sobre todo perros, acudieron a esta cita para honrar al patrón.

La actividad arrancó con la misa en la capilla de San Cristóbal. Posteriormente, la fiesta salió a la calle, donde el párroco local, Cristóbal Castán, impuso el agua bendita a los asistentes que se acercaron. Tras este momento llegó la procesión por el centro de Alcossebre, para volver al punto de inicio y recoger la tradicional primeta y degustar moscatel.

La concejala de Fiestas, Susan Guillamón, destaca que este año «las mayoralas en las dos áreas de población de Alcalà fueron las integrantes del coro de la capilla de la Virgen de los Desamparados, con la organización de estos actos, mientras que el Ayuntamiento colaboró para dar apoyo a estas tradiciones», puntualiza. Ayer repartieron 700 pastas entre los participantes en la procesión, una cantidad que se suma a las 1.000 que fueron entregadas durante fin de semana anterior.

Uno de los colectivos que también tomó parte en la celebración fue el Grup de Dolçainers i Tabaleters Lo Xular, que en el 2020 ejercerá la labor de mayoral. De esta forma se traza una fórmula para superar los cambios obligados en los últimos años en la localidad. Si el 2018 fue el primero sin grupos de calles dedicados a organizar la fiesta en Alcalà, en esta ocasión no hubo hoguera en Alcossebre, al no haber colectivo dedicado a su preparación. Aun así, mantuvieron la orquesta y la cena popular del sábado.