Las fiestas patronales de la Vall d’Uixó clausuraron ayer martes el triduo religioso que las caracteriza con la celebración de la procesión del Santísimo Cristo. Un acto en el que se revivió uno de los momentos más emotivos para muchas de las personas que participan activamente en estas celebraciones: la entrada de la imagen del crucificado en la iglesia del Santo Ángel acompañada por la interpretación de la saeta por parte de la banda del Centro Instructivo de Arte y Cultural.

PROTAGONISMO DE LA REINA / Muchas fueron las miradas que se centraron en las reacciones de Roser Mondragón, reina de los festejos, que en más de una ocasión ha reconocido que ese instante era uno de los más relevantes y esperados de su experiencia al frente de los mismos. Como ella, muchas soberanas anteriores han vivido una emoción vinculada con una tradición que pasa de generación en generación «desde hace siglos», como destacó el predicador de la Sagrada Familia, Antonio Sanfélix.

El sacerdote recordó que el triduo de la Vall es «muy singular», tres días de actos religiosos que están en el origen de las patronales. Sanfélix explicó que fue la Iglesia la que creó una comisión parroquial que organizaba la programación de eucaristías y procesiones de estas jornadas. «Poco a poco fue creciendo y fueron proponiéndose los eventos más populares y lúdicos», que hoy conforman la realidad de una cita considerada como fiesta de interés turístico nacional.

A partir de hoy, los vecinos se centrarán en esa parte de la agenda, con la recuperación del cartel taurino. Así se podrá asistir a la exhibición de dos toros. El de las 18.00 horas, patrocinado por la peña 8 del 8, pertenece al hierro de Torrestrella (sobrero de la Feria de Bilbao), y el de las 22.30, embolado, del hierro de Madroñiz. Como anunció el presidente de la comisión de fiestas, Manuel Debón, el astado de la tarde «dará que hablar» y con esa expectativa esperan que el recinto taurino se llene de aficionados.