La alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, junto con la arquitecta municipal, Concha Mora, presentó ayer el proyecto urbanístico que afectará al tramo urbano de la antigua N-340, que supondrá el inicio de la transformación de la carretera en un bulevar que se adecuará a las características propias de una vía urbana y que dará prioridad a los peatones.

Miralles se muestra «muy satisfecha» del resultado del trabajo realizado y remarca que «este será uno de los planes urbanísticos más importantes para el futuro de la ciudad debido a que convertirá la actual barrera en una vía más». Miralles destaca la intención de que la licitación se efectúe antes de finalizar el ejercicio, para que las obras puedan comenzar a inicios del 2019.

LOS DETALLES // Los trabajos de esta primera fase se llevarán a cabo en dos de los siete kilómetros que ocupa el tramo municipal y consistirán en construir cuatro rotondas que estarán ubicadas a la altura de la avenida de Febrer Soriano, la calle de Ulldecona, la avenida del Maestrat y el vial del Puig de la Nao. El programa también contempla la reducción de la anchura de la calzada, la instalación de pasos de peatones y paradas de autobuses y la iluminación. En este sentido, la primera edila insiste en que «las primeras tareas irán destinadas a reducir la velocidad de los vehículos y aumentar la seguridad», que es lo que más les «preocupa», indica.

Estas intervenciones complementarán las que se están llevando a cabo actualmente para la construcción de una rotonda a la altura de la CV-135, a cargo de la Generalitat valenciana.

El presupuesto para llevar a cabo el plan es de 951.934 euros.