Las casi tres semanas de negociaciones entre el PSPV y Ciudadanos en Almassora han dado sus frutos. Ayer mismo, ambos partidos confirmaron haber consensuado el pacto que garantizará la gobernabilidad del municipio los próximos cuatro años. El acuerdo se ratificó después de una reunión que tuvo lugar en el mismo ayuntamiento, a la que asistieron la alcaldesa, Merche Galí; el teniente de alcalde y concejal de Hacienda, Santiago Agustí; la edila de Urbanismo, Carmina Martinavarro, y el portavoz de Ciudadanos, Javier Mollá.

El último punto a cerrar era la cesión de la Concejalía de Deportes o Cultura a la agrupación naranja. Finalmente, y pese a los deseos de Mollá (quien fue presidente del CD Almazora y había mostrado especial interés en la cartera deportiva), ha sido Cultura el área transferida. Además, con relación a la intención del PSPV de aprovechar la dedicación exclusiva del líder de Cs con «áreas de gestión interna», este también asumirá el departamento de Personal, con lo que tendrá el cometido de organizar los recursos humanos y la relación de puestos de trabajo (RPT) del consistorio. «Quizá no es un área con un gran foco cara al público, pero internamente se necesita», tal y como explicó Agustí.

RESTO DE DISTRIBUCIÓN // La distribución de las parcelas de gobierno que obtiene Ciudadanos quedarán de la siguiente manera: Mollá se encargará de Cultura y Personal, mientras que su compañera de partido, María Luisa Renau, se queda con Juventud, Participación Ciudadana, Innovación y Nuevas Tecnologías y Transparencia. La hasta ahora edila de Cultura y Fiestas, Isladis Falcó, asumirá, de momento, solo Fiestas, aunque no se descarta que abarque otra regidoría. Lo mismo ocurre con el concejal de Personal y Seguridad Ciudadana, Javier Martí, para quien no descartan otorgar otras responsabilidades por la de Personal. En contrapartida, por la cesión de Cultura, Cs pierde Ocupación, Mercados y Comercio, respecto a la oferta inicial, que podrían distribuirse entre Falcó y Martí.

Además de los departamentos, el otro aspecto ya resuelto desde la semana pasada eran las dedicaciones, exclusiva para Mollá y parcial para Renau, a cambio de no tener personal eventual. Esta era una línea roja del PSPV, la de no incrementar el gasto en retribuciones, que supuso el desencuentro con su exsocio de gobierno, Compromís, quien exigía dos contratos eventuales. Las negociaciones con Ciudadanos se iniciaron después del pleno de las retribuciones, en el que el partido nacionalista mostró su distanciamiento con los socialistas, votando en contra de los sueldos y los pagos por asistencias.