Amic y Òs ya están en el parque natural de la Tinença de Benifassà. La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra; y la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, asistieron ayer a la llegada de las dos primeras crías de buitre quebrantahueso, que desapareció de la zona en el siglo XIX, para su reintroducción. Una medida que ha puesto en pie de guerra a sindicatos, políticos y profesionales, que se oponen de manera frontal a esta acción, denuncias de las que se ha hecho eco este periódico.

Así, mientras Oltra destacó que se trata de «un día histórico» porque se recupera «un ave que ha sido característica de estas montañas» y Cebrián resaltó la implicación de todas las entidades participantes para llevar a cabo un proyecto «tan singular e importante», los detractores apuntan a problemas de «transmisión de enfermedades y ataques a animales». Así lo advirtió el delegado comarcal de la Unió de Llauradors, Diego Boix. En términos similares se expresó recientemente el presidente de la Mancomunitat de Els Ports, alcalde de Cinctorres y responsable de temas agrarios del PSPV, Toni Ripollés, que clamó contra la iniciativa y respaldó el malestar de ganaderos tras ser víctimas de ataques de buitres.

Las crías llegaron a Bel, pedanía de Rossell, rodeadas de gran expectación. Las esperaban la vicepresidenta del Consell y la consellera de Agricultura, que las agarraron, ante la mirada de responsables municipales de la comarca y de las entidades colaboradoras del proyecto, además de técnicos autonómicos y vecinos.

Las aves, nacidas en el centro de cría en cautividad de Guadalentin (Cazorla), han sido cedidos por la Vulture Conservation Foundation (VCF) y bautizadas por los niños de las escuelas de la Pobla de Benifassà y Rossell.

El acto tuvo un carácter festivo en la pedanía, como bienvenida a los ejemplares, que serán instalados en el hacking (punto de aclimatación) construido al efecto. Allí permanecerán hasta que puedan volar, de aquí a aproximadamente mes y medio.