El presente y el pasado de la fiesta de Sant Vicent se unieron ayer, en Nules, para dar mayor relevancia si cabe a esta arraigada celebración. Fue por la tarde, frente a la capilla que se le ha dedicado al patrón en la calle que lleva su nombre. La quinta del 94 --integrada por unas 150 personas--, encargada de organizar los festejos este ejercicio, rindió un homenaje a la del 69 para conmemorar el 25º aniversario de su participación en esta popular cita.

Dos generaciones distintas que compartieron el mismo sentimiento, el que moviliza año tras año a los quintos para garantizar la permanencia de una tradición que, aunque tiene su momento culminante en el pasacalle que tendrá lugar mañana por la mañana, incluye diferentes actividades, como la cena de bienvenida que se realizó por la noche, a la que asistieron los del 94, los del 93, los del 95 y los homenajeados del 69, que también recordaron otro momento histórico.

Porque fueron ellos, veinticinco años más jóvenes, cuando precisamente celebraban el 25º aniversario de su paso por el servicio militar, quienes decidieron sufragar los gastos para realizar un retablo dedicado al patrón, que desde el año 1994 recibe a cuantos organizan estos festejos y que recuerda en la fachada de la iglesia arciprestal de San Bartolomé a Sant Vicent. Por eso fue muy especial lo vivido ayer, porque se recordó lo relevante de su gesto, que hizo posible una obra del ceramista Vicente Aguilella Ortells y que es muy apreciada.