Más de medio millar de personas participarán este fin de semana en las jornadas de puertas abiertas a la Real Fábrica del Conde de Aranda de l’Alcora (la primera de las cuales se realizó ayer), organizadas dentro de la programación del Maig Ceràmic, con la finalidad de compartir con los vecinos y cuantas personas quisieron sumarse a la convocatoria, la recuperación de este símbolo de la villa.

Como destacó en el transcurso de la jornada el director del Museo de la Cerámica de la localidad, Eladi Granel, «se trata de un espacio clave en la historia de l’Alcora, porque en este edificio, hace casi 300 años, comenzó a fraguarse la identidad actual de la población y fue donde nació el sector cerámico de la provincia».

Tal es la trascendencia de la Real Fábrica para el patrimonio no solo local, sino también provincial, que los vecinos se volcaron en un evento organizado al detalle para que todos pudieran disfrutar por igual de las visitas programadas. Para ello, los cerca de 300 asistentes de ayer, además de autoridades, empresarios y patrocinadores, se organizaron grupos de no más de 10 personas, que durante 15 minutos se sumergieron en las entrañas de las instalaciones y en los detalles de su historia.

VALORES PATRIMONIALES

Víctor García, concejal de Patrimonio, destacó que «el proyecto de recuperación y puesta en valor de esta emblemática manufactura destaca por su gran valor cultural, histórico, patrimonial, urbanístico y turístico». El complejo ocupa 9.000 metros cuadrados en pleno casco urbano, en los que no solo tendrá cabida la musealización de los espacios originales de la Real Fábrica, sino también otros equipamientos culturales.

Según García, «se trata de un ambicioso proyecto a largo plazo», que pretenden culminar en el 2027, «coincidiendo con la celebración de los 300 años de su fundación». El entusiasmo del edil fue compartido por el alcalde, Samuel Falomir, que agradeció la implicación de «toda la gente que ha hecho posible estas visitas, en especial al Museo de la Cerámica, las brigadas de ocupación o patrocinadores como Torrecid y la Caixa Rural, así como las entidades y centros educativos que han colaborado».

Las reacciones de los visitantes coincidieron en lo esencial, reconocer la importancia del momento histórico que estaban protagonizando. Ese fue el caso, por ejemplo, de Marcos Porcar, un joven que valoró como «magnífica» la iniciativa de reabrir la Real Fábrica, en especial porque «nos permite conocer el pasado, cómo trabajaban en aquella época y la historia del Conde de Aranda».

Esta conmemoración culminará el 8 de junio con la celebración para escolares Fem festa, fem Reial Fàbrica y la entrega de premios del 38º Concurso Internacional de Cerámica de l’Alcora