Los talleres falleros son estos días un auténtico hervidero. Se aproxima el día de la plantà y antes hay que terminar los monumentos. De ahí que estas jornadas sean los trabajos de pintura los que predominan. Las tareas de acabado son, al fin y al cabo, las que dan un plus de calidad a la falla, pero también un auténtico entretenimiento que hace que parezca que no se consigue avanzar.

Así es como las piezas ya terminadas y resguardadas del polvo con plástico se entremezclan con otras a las que se les está dando una mano de color o con aquellas a las que se les está aplicando el barniz para destacar algunos rasgos, dibujando detalles.

EN LA CABEZA // Todo el monumento y todas las escenas están en la cabeza del artista, que tiene que coordinar la tarea que realiza cada operario y compaginarla para que cuando una comisión llegue a por sus ninots los tengan listos.

En algunos casos, las labores se complican. Y es que en comisiones como Don Bosco son clásicas las figuras que recuerdan a los políticos locales, a los que la comisión aprovecha para mandar sus particulares guindillas. Pese a que este año el monumento se inspira en la vida del propio Don Bosco, no faltarán los huidos Christofer del Moral (exlíder de Podemos) y la vaca Rebeca; el tándem formado por la líder de Cibur, Mariola Aguilera, y el edil de Podemos Manel Navarro; el presidente de la Federació de Falles, Salvador Doménech, y la presidenta de la Junta Local Fallera burrianense, Lluïsa Monferrer.

Poco a poco se acerca el día de la clave, pero con el inicio de marzo la cuenta atrás empieza y el reloj corre más rápido que el resto del año. El tiempo húmedo predominante estas jornadas no ayuda al secado ni de las piezas que quedan en cartón ni tampoco de las que tienen pintura. La temperatura ambiental contribuye a ralentizar la operación.

Pero para los amantes de las fallas, es justo ahora cuando se pueden ver casi todas las fases de construcción al mismo tiempo, ya que mientras en una parte aún se corta el corcho para montar alguna figura, también se observa, en el lado contrario, las que están totalmente terminadas y con el añadido de la vistosidad que dan al taller fallero las piezas que ya han sido pintadas.