Las obras de construcción del carril bici que une los cascos urbanos de Burriana y les Alqueries ha entrado en la fase final. El tramo central está acabado, con los bordillos separadores de la calzada destinada al tránsito rodado de vehículos de la zona de bicicletas instalados y también pintados.

Los operarios trabajan estos días en los dos extremos. En el más próximo al término burrianense ejecutan los últimos bordillos para después proceder a su pintado con los colores blanco y negro. Y en la zona alqueriense levantan los metros finales del vial por el interior de un área ajardinada para facilitar la entrada y salida al casco urbano con la máxima seguridad posible.

Se trata de unas tareas que se han dilatado más de lo previsto. Comenzaron en el mes de noviembre, aprovechando la coincidencia del reasfaltado de la circunvalación a Burriana de la CV-18 y el hecho de que también se iba a actuar en la carretera que une ambas poblaciones, la CV-222. La nueva plataforma tiene tres carriles de tres metros de amplitud cada uno de ellos. Posteriormente, las intervenciones se ralentizaron. A finales de enero retomaron los trabajos con la ejecución de los primeros bordillos y en la actualidad encaran la recta final del carril bici.

PLAN // Es un proyecto de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, que encabeza María José Salvador, enmarcado dentro de la iniciativa para enlazar los cascos urbanos mediante viales ciclopeatonales. En este caso, la intervención, que afecta a 1,1 km de carretera, tiene un coste de 145.000 euros, con el objetivo de «aumentar la seguridad vial, moderar la velocidad y mejorar las condiciones de movilidad sostenible en la zona». Tiene un ramal que termina en el desvío de la CV-222 hacia la estación de ferrocarril y otro que sigue justo hasta la entrada a les Alqueries, tras pasar el puente que salva las vías del tren.