A partir de ahora, el paisaje protegido de la desembocadura del Millars también estará vigilado durante la noche. El consorcio ha iniciado un nuevo servicio de control para cubrir las horas nocturnas a lo largo del paraje de la desembocadura, formado por 490 hectáreas de los términos municipales de Almassora, Burriana y Vila-real. El servicio estará garantizado por dos guardas del ente, que se encargarán de controlar todo el espacio mediante rondas preestablecidas.

La noche es un momento propicio para acometer algunos de los actos ilegales que escapan de los ojos de los guardas, consistentes, principalmente, en el vertido de residuos, la pesca continental ilegal o la caza furtiva. El consorcio cuenta desde el 2009 con un equipo profesional de control dedicado a velar por la protección y la conservación de esta zona natural. Sus componentes trabajan a turnos cada jornada, mañanas, tardes y los fines de semana.

La desembocadura del río dispone de un plan rector de uso y gestión desde el año 2012, que regula las actividades que se pueden realizar allí. La guardería, por su parte, tiene la obligación de velar por su cumplimiento.

El trabajo de los profesionales no siempre es fácil. Su ocupación es la vigilancia. Controlan las actividades permitidas, como la pesca fluvial continental; y supervisan otras prohibidas, como la caza ilegal de pájaros con cepos y pegamento o la caza de conejos y liebres con perros.

PUEDEN DENUNCIAR

La guardería tiene capacidad para denunciar y cuenta con la ayuda del Seprona de la Guardia Civil. A veces, los guardas deben enfrentarse a situaciones como los incendios intencionados, los vertidos ilegales o las construcciones prohibidas. Durante primavera y verano, su trabajo aumenta. Hay mucha más gente por el paraje y también es el periodo más delicado por la población de aves nidificantes. Por ello, informan para evitar posibles molestias.