La pasión por la cultura del tambor y el bombo no conoce fronteras. Muestra de ello es el regalo que un reputado artesano manchego ultima para l’Alcora. Nada menos que el segundo tambor más grande del mundo, fruto de 200 horas de trabajo en el taller de Pepe Navarro, y que será entregado a la asociación L’Alcora Tambor dentro de unos días.

La relación entre esta empresa de Hellín y la capital de l’Alcalatén comenzó por la cantidad de gente que ha comprado sus productos a lo largo de los años. Unos lazos que todavía se estrecharon más desde el 2012, cuando Pepe acudió a las Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo, y allí conoció a la alcorina Pamela, que en la actualidad es su esposa.

Preguntado por la donación, el creador confiesa que los motivos están «en mi cabezonería y porque llevo a esta localidad en mi corazón». Con 2,22 metros de diámetro, por poco supera al bombo de Alcalà de Xivert, que con sus 2,54 metros ostenta el título de instrumento de mayores dimensiones en su campo. Cogieron la piel más grande posible, procedente de un pueblo de Francia conocido por las dimensiones de sus vacas. Aún así, supera a bombos de municipios turolenses tan punteros como Andorra y Calanda.

La presidenta de L’Alcora Tambor, Lucía Branchat, manifiesta la gratitud «a nuestro amigo Pepe por este detalle tan grandioso que ha tenido con nosotros, siempre nos ha ayudado y apoyado en todo lo que le hemos pedido y está vez, sin pedir nada, este regalo que ha salido de su corazón».

Puesta de largo

El 23 de febrero es la fecha elegida para destapar el bombo, con una gran inauguración en la Plaza España a las 13.00 horas. Una hora antes, en la plaza del Ayuntamiento, se realizará la recepción de los pueblos participantes, (se espera a más de 400 tamborileros de fuera de la villa), que acompañarán a esta novedad con un concurrido desfile. Será, sin duda, un broche de oro a las celebraciones tras el otorgamiento a la Rompida de Hora como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco.