Vilafranca se vio afectada durante el jueves y a primera hora de ayer por un problema causado por el mantenimiento de las tuberías que abastecen a las viviendas. Una situación que derivó en que el agua potable estuviera mezclada con tierra, obligando a los vecinos a gastar agua embotellada para beber o cocinar.

La incidencia, derivada de las actuaciones de reparación, supuso que durante horas las cañerías transportasen sedimentos, provocando que el agua no fluyese de forma cristalina, con momentos puntuales en los que fluía de forma turbia. Muchas fueron las casas que constataron este contratiempo, entre otras la residencia de la tercera edad.

Las operaciones de mantenimiento finalizaron ayer a mediodía, tal y como explicó el Ayuntamiento de Vilafranca, y el agua volvió a salir como es habitual, por lo que no se prevén nuevos episodios relacionados con el tema. La teniente de alcalde y edila de Obras, Silvia Colom, señaló que «ha sido algo puntual, que nada tiene que ver con la sequía, porque, de momento, tenemos las reservas aseguradas». Fue un asunto muy comentado en la localidad al producirse en medio del puente festivo.