La Conselleria de Agricultura, a través de la Dirección General de Agua, reparará «lo más pronto posible» el emisario submarino roto de Orpesa. Así lo revelaron ayer fuentes de la Generalitat consultadas por Mediterráneo, que indicaron que técnicos de la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar) realizarán una «inspección inmediata» al dañado conducto municipal.

Esta visita para conocer el grado de destrozo de la canalización, que permite llevar mar adentro las aguas ya depuradas, servirá para «preparar una memoria valorada» y realizar una «declaración de emergencia», con el objetivo de arreglar el tubo cuanto antes. De hecho, uno de sus tramos continúa flotando a aproximadamente un kilómetro de la playa de Morro de Gos desde el sábado, lo que obligó al Ayuntamiento a señalizar la zona con boyas.

Tras dar parte del requerimiento a la Epsar hace unos días, el concejal de Medio Ambiente y Playas, Jordi Llopis, espera que mañana puedan ofrecerles una respuesta para que la inspección pueda realizarse el viernes o a principios de la semana que viene.

«El emisario está roto, pero por suerte no es grave. La fuerza del temporal reventó la zona de filtros del colector submarino y una parte salió a la superficie», afirma el edil, quien confía en que, tras la valoración presupuestaria, los trabajos para reparar el tubo estén acabados dentro de un mes.

vertidos // La Conselleria recalca que este contratiempo no produce actualmente «daños medioambientales», puesto que los vertidos que han desembocado hasta ahora al mar son aguas depuradas y «de calidad» y, como la estación depuradora «funciona correctamente», no existe riesgo alguno de contaminación.

Llopis coincide en que la situación no entraña excesivo peligro a corto plazo, pero la cercanía de la temporada de Semana Santa hace que hayan catalogado la actuación de «extrema urgencia». No solo a nivel estético --el edil describe el paisaje tras la rotura como «un banco de peces con el agua más oscura»--, sino porque la acumulación prolongada durante largo tiempo de estos vertidos y su gran proximidad respecto a la costa --a solo un kilómetro-- podría acabar suponiendo problemas de polución en las playas, como ya había denunciado la alcaldesa, María Jiménez.