La calle Encarnación de Burriana ya luce sin la aparatosa grúa que ha estado cerca de una década ocupando el interior de una vivienda no acabada. El vial, en el centro urbano de la ciudad, permaneció ayer cerrado al tránsito de vehículos y personas durante casi toda la jornada para las tareas de desmontaje. Esta infraestructura contaba con 30 metros de altura y 22 de brazo. La empresa promotora entró en concurso de acreedores, el propietario del terreno no se hizo responsable y comenzó una batalla alargada 10 años.

Finalmente, la compañía dueña de la estructura ha acatado la sentencia, aunque no la comparte, pues ha tenido que costear la retirada de la misma, aun cuando el consistorio se hizo cargo con la fianza de apartar otros elementos pendientes de la obra.

La falta de entendimiento entre las partes --la mercantil propuso que el Ayuntamiento se encargara de los medios técnicos y esta de los humanos y el transporte-- motivó la dilatación las tareas en la instalación metálica.

PROTESTAS

En el año 2013, vecinos de la calle Encarnación y del Raval presentaron sendos escritos en el registro municipio alertando de los peligros de la grúa, pues ya hacía unos cinco años que estaba parada. En la misiva se aseguraba que el brazo superior giraba los días de viento y que sentían miedo, además de padecer los problemas derivados de que la estructura fuese utilizada por estorninos para descansar, motivo por el que no podían utilizar el tejado por la suciedad derivada de su presencia.

El Ayuntamiento ha reivindicado constantemente la eliminación, solicitando incluso una autorización judicial para acceder al interior de la finca con pisos a mitad construir. Tras múltiples intentos, Burriana vio cómo quitaban un elemento que ya formaba parte del skyline de la zona.