La habitual tranquilidad que se respira en Albocàsser en un fin de semana de invierno se vio interrumpida por la presencia de cientos de visitantes, que no quisieron perderse una de las manifestaciones más emblemáticas de Sant Antoni en toda la provincia. Los momentos centrales se vivieron durante la mañana, con el paso de las rossegades por la calle Mayor. La tradición se mantuvo inalterable y, con una cadencia de una hora, los mayorales hicieron el recorrido de los carros que llevaban el árbol sin hoja, posteriormente la carrasca, y finalmente el carro de la malea.

Estos constituyeron el principal combustible de la hoguera, que se preparó durante el mediodía ante la atenta mirada de los vecinos, y que fue pasto de las llamas a partir de las 20.00 horas. El paso de los materiales transportado por caballos protagonizó los instantes más emocionantes, ya que apenas caben por el estrecho hueco que dejan los edificios de una calle en subida. Los más valientes observaron la estampa con distancia suficiente para no entorpecer el ascenso, resguardándose en viales adyacentes.

La jornada no solo fue un motivo de reencuentro para muchas personas con vínculos familiares en Albocàsser que habitualmente residen en otros enclaves, sino que también es un motivo de atracción de gente que acude a propósito desde diversos puntos. «Nos animamos a venir hace unos años, y desde entonces acudimos a disfrutar de este ambiente», comentó María, una mujer llegada desde Castellón. Como la mayoría, piensa que lo mejor «es la fuerza de los animales que desplazan todo lo dispuesto para la hoguera de la noche».

SECTORES / Esta costumbre cambió su mecánica hace unos años, con la finalidad de preservar la fiesta para el futuro, y que siempre haya gente preparada para organizar, Desde el Ayuntamiento se hizo el reparto de la localidad en distritos, de modo que cada edición le toca a uno de ellos. En este 2018 lo asume el sector 2, con viales como Virgen del Pilar, Piró, Pelayo, Cervantes, Balmes, Na Violant o Nou.

Reducida la leña a brasas, a partir de las 22.30 horas los participantes desafiaron a las bajas temperaturas para presenciar la procesión y contemplar la lectura de la Publicata. La parte final ya vino con el reparto de la coqueta, una pasta dulce que se estuvo elaborando el jueves por parte de más de 50 personas --en su mayoría mujeres-- en el horno de la calle Sant Roc. También en el transcurso de esta semana se elaboraron los pasteles de confitura de calabaza, típicos en estos días.