La rotura del emisario submarino de aguas residuales de Orpesa es una de las últimas consecuencias detectadas del paso de la borrasca Gloria por la provincia. La alcaldesa, María Jiménez, confirmó ayer este hecho, tras las primeras sospechas del Ayuntamiento, contrastadas tras enviar un barco para constatar la situación.

El pasado 21 de enero encontraron un tubo en la playa Morro de Gos, a la altura de la calle Galicia, de las mismas características que el del emisario. Días después, el 25, se recibió un aviso de tramo de canalización flotando en el mar a un kilómetro de la costa, por donde desembocan las aguas procedentes de la depuradora de la localidad. Un hecho que obligó a colocar boyas de señalización a su alrededor para evitar el riesgo de colisión de embarcaciones.

Desde el Ayuntamiento señalaron que ya se ha comunicado la incidencia a la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (Epsar), a quien corresponden las revisiones y reparaciones estructurales de los emisarios. «En conversación telefónica me indicaron que van a proceder a su inspección y a la realización de un presupuesto para la reparación», informó Jiménez, quien insto al ente a «solventar el problema cuanto antes», pues les puede «originar un grave problema para las playas». «Estamos en contacto con ellos y esperamos que lo arreglen pronto», declaró.

Y es que la función de esta canalización es llevar mar adentro las aguas depuradas de la Edar, para facilitar su dilución y que cualquier tipo de contaminación no llegue a las zonas de playa, y de esta forma garantizar que estas son aptas para el baño.

DAÑOS TEMPORAL // La costa de Orpesa sufrió numerosos destrozos por el fuerte temporal de viento, lluvia y oleaje generado por la borrasca Gloria. Y desde el primer momento se puso en marcha toda la maquinaria para poder restablecer lo más rápido posible el acceso a las zonas de la localidad que resultaron dañadas. El fenómeno destrozó el paseo marítimo Morro de Gos y las playas de la Concha, les Amplàries y el puerto deportivo. Además, provocó daños en comercios y cámpings, que registraron inundaciones en sus instalaciones.

Los trabajos de los operarios se han centrado desde el principio en la limpieza de paseos y calles, con la ayuda de máquinas excavadoras, para devolver la normalidad al municipio, «dando prioridad a los empresarios, para que pudieran acceder a sus negocios», según recalcó la munícipe.

De forma simultánea, se evalúan los destrozos para hacer las reclamaciones oportunas.