La mayor parte de vecinos de Segorbe y numerosos visitantes se volcaron ayer en la festividad de la patrona de la ciudad y de la diócesis, Nuestra Señora de la Cueva Santa. La singular enramada hizo madrugar a los mayores y prolongar la velada a los más jóvenes, congregándolos en el recorrido de la calle de Colón.

La otra gran manifestación pública a favor de la patrona reunió a cientos de segorbinos en la Procesión de los Mozos, que por la tarde recorrió las calles del casco antiguo, con la corporación municipal presidida por el alcalde, Rafael Magdalena; y el cabildo catedralicio con el obispo Casimiro López, las reinas Patricia Rodrigo y Martina Gil, así como las cortes mayor e infantil y la Asociación de Doncellas de la Cueva Santa.

Un gran castillo de fuegos artificiales puso punto final a estos primeros días de las fiestas.

CITA tradicional // El escenario festivo cambia por completo desde hoy, al dejar paso al festejo rey por excelencia: las entradas de toros y caballos. Las reses llegaron ayer y hoy a las 14.00 horas la calle de Colón se volverá a llenar de público para presenciar el primer encierro de una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial, que a lo largo de toda la semana y a la misma hora, recorrerá la céntrica calle de Colón a la velocidad del galope.

Nada menos que 42 toros, seis por día, ha preparado el ganadero de Cabanes, Germán Vidal. Abastece de reses a la entrada desde hace varios años y el compromiso lo asume con autoexigencia: ni un toro debe repetir a lo largo de la semana, para que el escenario resulte totalmente desconocido para el animal.

También está ya preparado el cuadrante de los caballistas. Una veintena de jinetes se alternarán en el encierro para que sean 13 los que entren cada día y lo puedan hacer un mínimo de tres veces en la semana. Se calcula que la afluencia de público diaria será de unas 20.000 personas. H