El Castor acelera la última fase para entrar, de modo inminente, en estado de hibernación hasta que el nuevo Gobierno central tenga en sus manos el estudio clave del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y decida cuál es su futuro: desmantelarlo como solicitan las plataformas ciudadanas y los propios alcaldes del Maestrat y el sur de Tarragona, o explotarlo de nuevo por necesidades de mercado.

El proceso comenzó en marzo del 2015 y, tras la finalización de la etapa de inertización del almacenamiento subterráneo --el pasado noviembre--, ya no hay gas en superficie, ni en la plataforma, ni en el gasoducto ni en las instalaciones de tierra, como explicaron fuentes de Enagas, que lleva a cabo el proceso, según lo encomendado por el Ejecutivo, a través del Real Decreto-ley 13/2014, de 3 de octubre del 2014. El gas remanente se evacuó mediante su combustión en la antorcha, apagada hace más de tres meses.

Los operarios han realizado el doble sellado de los pozos para garantizar la seguridad de la infraestructura, situada frente a las costas de Vinaròs. Para completar el precintado de los fosos, llevan a cabo la instalación en cada uno de ellos de dos piezas mecánicas de acero, adicionales a las dos válvulas existentes: una sobre la válvula situada a 150 metros de profundidad, bajo el fondo marino, y otra más cercana a la cabeza del pozo, que se encuentra en la plataforma. De esta manera, el sellado de los pozos será cuádruple, con el fin de garantizar la seguridad de las instalaciones.

Finalizada la puesta en hibernación, prevista de forma inminente, se remitirá al Ministerio de Industria el dossier de documentación final con el certificado de Lloyd's, que supervisa las actuaciones en la plataforma. Sí que permanece el gas colchón que Escal UGS inyectó antes de que el Gobierno ordenara paralizar la actividad, tras registrarse más de 500 seismos en la zona, y que no se extraerá para prevenir nuevos movimientos sísmicos.

17 millones de coste // Cabe recordar que el estudio encargado al MIT para determinar si la actividad de la planta fue la causa de estos temblores en la comarca, como resolvieron organismo nacionales, y determinar si pueden volver a registrarse, estará finalizado en el segundo semestre de este mismo año. El coste total del proceso de hibernación y del mantenimiento de las instalaciones ha ascendido a unos 17 millones de euros durante el pasado año, según fuentes de Enagas, la mayoría por seguros y costes cara a garantizar la seguridad. H