Sí que era una vaca el animal que corrió libre la noche del martes por el Camí Marjalet de Burriana y de la que se conoció su existencia durante el último pleno ordinario celebrado por la corporación municipal. Era una vaca brava y de tono rojizo, pero no era la famosa Rebeca.

La res, que estuvo a punto de causar un accidente de circulación alrededor de las 23.00 horas al correr por el centro de la calzada de este camino rural en plena noche, corresponde a un animal que tiene un vecino de la zona y que ata regularmente a un árbol para que coma hierba. Esa noche se escapó y, a parte de dar un buen susto, estuvo a punto de causar un incidente con un vehículo al que incluso hizo un amago para embestirlo.

Excrementos

Del mismo modo, las fotografías con excrementos de las que el portavoz popular, Juan Fuster, también comunicó en el pleno del pasado jueves que se habían encontrado, sí que correspondían al de una vaca, y no a los de un jabalí, como apuntó la edila de Fiestas, Lluïsa Monferrer.

De hecho, el ejemplar pasta de manera habitual por esos huertos de naranjos abandonados y, por lo tanto, los rastros son abundantes y recientes en esa zona del Marjalet, lo que viene a confirmar los rumores que venían corriendo desde alguna semana atrás sobre la existencia de rastros de este tipo de rumiantes.

El conductor que se encontró de frente con el animal en plena noche estaba convencido de que era una vaca y no un jabalí por su tamaño. A pesar de estar todo completamente oscuro se dio cuenta de que era una res y, tras el amago de embestir, aceleró. Luego retrocedió, pero ya le había perdido el rastro. Aun con todo, lo primero que se le vino a la cabeza fue Rebeca, el ejemplar que se escapó del recinto taurino de Burriana en las pasadas fiestas patronales en honor a la Mare de Déu de la Misericòrdia, el domingo 3 de septiembre.

Dos meses

De aquello hace ya dos meses y alrededor de 40 días que se abandonó la búsqueda activa del astado, tiempo en el que además no se han tenido nuevas noticias, salvo las de esta semana y que al final no correspondían a la famosa Rebeca.

Ayer mismo, el animal de tonalidad rojiza --de menor edad y tamaño que aquel que huyó del recinto taurino burrianense y del que nada más se ha vuelto a saber--, nuevamente pastaba por los huertos de Sant Gregori. Rebeca, sin embargo, continúa desaparecida, aunque sigue viva en la mente de todos los vecinos. De ella se habla todavía en las tertulias familiares y en los bares de la ciudad.

En el recuerdo queda, por contra, el amplio operativo que se desplegó para localizar a la vaquilla y en el que no faltaron los mansos y un dron que peinó la zona de Sant Gregori.