En octubre del 2018 parecía que había llegado a su fin la polémica que suscitó la urbanización del acceso a la Vall d’Uixó a través del barrio Carmaday con la construcción de varias rotondas que no fueron del agrado de los vecinos. Pero casi dos años después, los residentes siguen sin noticias sobre la remodelación de la obra y el conseller de Ordenación del Territorio, Arcadi España, en una reciente visita a la ciudad, no aportó novedades ni habló de plazos para el que podría ser un desenlace definitivo para la controversia.

En concreto, al preguntarle sobre en qué momento se encuentra la propuesta de remodelación, el responsable autonómico se limitó a decir que «estamos trabajando con el Ayuntamiento para ver qué hacer», con el objetivo de priorizar la movilidad sostenible, sentido inicial de la ejecución de la urbanización, planteada siendo consellera del área Mª José Salvador.

EL MALESTAR PERSISTE

El presidente de la asociación de vecinos del barrio Carmaday, Wenceslao Jiménez, aseguró ayer a Mediterráneo que «el malestar y las molestias persisten, lo único que ha cambiado es que nosotros hemos cumplido nuestro compromiso de esperar, no movilizarnos y no levantar revuelo, pero ellos no han cumplido con la promesa que nos hicieron en su día».

La intención inicial de esta adecuación fue consensuar una solución a los problemas que existían en los accesos a la ciudad desde València. Mucho tráfico que circulaba a gran velocidad junto a un barrio residencial. El proyecto supuso estrechar el vial y construir varias rotondas, una de las cuales, por sus dimensiones, fue la responsable de las quejas vecinales.

Los camiones y vehículos pesados que habitualmente circulaban por la carretera no podían maniobrar y llegaron a producirse episodios complicados con la retención de algunos de ellos que llevaron al límite la paciencia vecinal. Por si fuera poco, cuando llovía se producían importantes acumulaciones de agua, en la calzada y en varias calles de la zona.

Conselleria actuó rápido para solucionar el problema de las inundaciones, pero el de la rotonda sigue enquistado. Los vecinos quieren que la desplacen, y desde el Consell buscan alternativas.