Tras la publicación en Mediterráneo de la información facilitada por el Ayuntamiento a raíz de la visita que se realizó a principios de semana a los bloques del grupo La Unión, los vecinos han empezado a movilizarse para facilitar su contacto, dado que niegan la mayor e insisten en que «sí hay problemas de presión», como quisieron hacer público en una pancarta que colgaron el jueves en una zona muy frecuentada del barrio, que ayer «desapareció», sin que nadie sepa quién la había retirado.

Desde la asociación de residentes de los bloques reconocen que, al principio, los afectados fueron reticentes a facilitar su teléfono, aunque esta situación estaría cambiando tras el paso de la alcaldesa y los técnicos por allí. Además, indican que de los 132 pisos que se distribuyen en los 22 edificios, poco más de una veintena se queja de una deficiente presión y es en fincas en las que la mayoría solo destacan una reducción de la fuerza de suministro, ya que cuando gestionaban su balsa, esta era de hasta con 4 kg/cm2, y ahora es de 2,8.