El Ayuntamiento tiene identificadas cerca de 200 terrazas instaladas a lo largo y ancho del casco urbano de la Vall d’Uixó, de las cuales solo 28 cuentan con autorización municipal, después de haberse adaptado a la nueva ordenanza aprobada por el consistorio hace aproximadamente medio año. Atendiendo a las cifras es evidente que queda mucho trabajo por hacer, pero para la concejala de Urbanismo, Francesca Bartolomé, suponen «un avance muy importante, porque se partía de una situación anterior que era un verdadero caos».

MÁS SOLICITUDES / Aunque se ha dado el visto bueno definitivo a apenas una treintena de solicitudes, Bartolomé señala que el departamento que dirige está trabajando sobre 35 expedientes más, «en los que se ha detectado algún tipo de deficiencia fácilmente subsanable», por lo que entienden que contarán con permiso en breve. Ello supondría un total de 63 locales que habrían regulado sus espacios al aire libre «a pesar de que el texto salió adelante hace solamente seis meses».

La edila de Urbanismo recuerda que en el 2015, ateniendo a las quejas de la comisión de accesibilidad local, analizaron el procedimiento a través del cual se autorizaba la ocupación de la vía pública con mesas y sillas. Detectaron que de los aproximadamente 200 locales afectados, «solo unos 70 u 80 pagaban, aunque sin ningún tipo de regulación sobre cuánto espacio se podía abarcar o cuántos elementos podían colocarse». Así, «en algunos lugares, los viandantes no podían ni circular por la acera». De ahí que, a lo largo del 2017 aprobaron una nueva ordenanza «consensuada con la comisión y con los empresarios».

UN AGENTE // La Policía Local efectúa un seguimiento pormenorizado, hasta el punto de que «ya han denunciado a ocho locales por incumplimientos flagrantes y reincidentes», como sería el caso de la conocida como terraza del Rokelín, que ha llegado a los tribunales y cuya retirada está pendiente de ejecución, dependiendo de lo que decida un juez. El proceso es «lento» porque solo hay un agente para esta tarea.