Más de un centenar de personas fueron testigos ayer del regreso al mar de una tortuga boba recuperada de casi 100 kilos en la playa nudista de Orpesa, junto a Platgetes de Bellver y la Torre Colomera. Miembros de las fundaciones Oceanogràfic y Azul Marino soltaron este ejemplar en una jornada de divulgación y conservación, en la que los voluntarios también limpiaron la franja de bosque colindante y la playa de plásticos, vidrio y colillas.

Esta es la primera acción conjunta tras la firma de un acuerdo por el que ambas fundaciones se apoyarán y colaborarán en diferentes ámbitos y tareas. Y es que muy cerca de ahí es donde se construirá el Centro de Interpretación del Mediterráneo.

CAPTURA // La tortuga (Caretta caretta), de 87 centímetros de longitud y clasificada como la más grande de las registradas en el Arca del Mar del Oceanogràfic, fue bautizada como Colomera y volvió al mar por tercera vez. Y es que el ejemplar fue capturado accidentalmente en dos ocasiones por pesca de arrastre y recuperado en el hospital del mar de la Fundación Oceanogràfic de embolia gaseosa en el 2016 y un anzuelo alojado en su esófago en el 2019.

Dada la singularidad de este quelonio, que se encuentra en condiciones óptimas para la reproducción, han aprovechado la oportunidad para incluirla en dos proyectos de investigación. A través de una especie de GPS colocado en su caparazón seguirán su movimiento por satélite y también lleva un microchip para poder ser identificada.

El acto contó con la presencia de la presidenta de la Fundación Oceanogràfic, Celia Calabuig; el director de Azul Marino (responsable del futuro Centro de Interpretación del Mediterráneo), Juan Antonio Romero; la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Orpesa, Araceli de Moya, así como el conocido escritor y miembro de la Fundación Aguas de València, Ferran Torrent, que ejerció como padrino en la suelta de la tortuga, que generó mucha expectación en la zona durante la jornada.