Las tradiciones y los oficios antiguos estuvieron presentes ayer en la muestra etnológica Suera, un poble al carrer, que este año ha alcanzado su vigésima edición. La lluvia fina pero persistente que cayó a lo largo de la jornada no deslució la cita, con lo que todas las actividades organizadas desde el Centre Cultural Suera pudieron desarrollarse con una absoluta normalidad.

La más seguida fue la matanza del cerdo, en la plaza Mayor, bajo la atenta mirada de las numerosas personas que se guarecían bajo los paraguas. Previamente, el presidente del Centre Cultural, Enrique Salvador, hizo una introducción a la fiesta, y seguidamente el alguacil lanzó el bando que la anunciaba. El alcalde de la época --que coincide con el actual--, José Pascual Martí, leyó el pregón llamando a la fiesta.

AURORA // Frente a la puerta de la iglesia de la Asunción se cantó el despertar de la aurora, a cargo de un grupo infantil y de mayores ataviado con vestimenta tradicional. Les acompañaba un quinteto de instrumentistas, encabezado por Eduard Sorita Calatayud, presidente de la Unión Musical Santa Cecilia de Suera.

Después, les tomó el relevo el Grup de Dolçainers local y se inició el pasacalle de autoridades por los puestos y casas abiertas. Mientras tanto, en la escuela, se realizaban juegos y estaba todo preparado para las labores de costura. Otros personajes como el sereno, el afilador o el pellero recorrían el centro del pueblo, dando un aspecto especial y pintoresco a las concurridas calles. H