Hasta un total de 11 exposiciones se pudieron visitar ayer por la mañana en Suera Obert Museu (SOM), correspondientes a la pasada edición de Un poble al carrer. «La lluvia del día 18 de diciembre impidió que muchas personas pudieran ver estas muestras etnológicas, por lo que decidimos volverlas a abrir este domingo», señala Enrique Salvador, presidente del Centre Cultural Suera, entidad organizadora.

De este modo, se pudo ver la exposición permanente de indumentaria y tradición, en casa de María Amparo García y José Pascual Martí. También, la tienda tradicional de Virginia, ubicada en el edificio municipal de la Casa dels Mestres, abierta también el resto año, previa concertación con los miembros del Centre Cultural o con el Ayuntamiento. «Tenemos en proyecto que nos cedan plantas bajas de algunas casas para dejar allí montadas otras muestras, para no limitar tanto los días de visita», añade Salvador.

En ese caso se encontrarían La Celestial, en la que se pueden admirar los objetos y ornamentos religiosos; el horno; la muestra de artesanía de cestas de mimbre y sillas de asiento elaborado con cuerda; la casa del comerciante; los cobertores antiguos; la casa del comerciante; la de ropa o diferentes complementos --ubicadados en la peña Descontrol (en la imagen), que se tiene que desmontar para, al menos, las tres temporadas de fiestas del año.

Capítulo aparte merece el Molino de Ernesto, situado en la parte más alta del pueblo y en el que se hace en octubre la edición del SOM dedicada a la viña y el vino, ya que allí es donde se prensa la uva. Por otra parte, en la oficina de turismo, los días que se encuentra abierta, también se pueden ver objetos como fotos antiguas y elementos tradicionales, que son todavía más abundantes en casa de Pasqual y Teresa.

«Otro de nuestros objetivos es concertar visitas con grupos de jubilados, asociaciones de amas de casa o de otro tipo, para que se pueda rentabilizar más el esfuerzo que hacemos durante todo el año», concluye el presidente del Centre Cultural Suera.