La lluvia, y no los pasos, se convirtió ayer en protagonista de la Semana Santa en Vinaròs. Y es que, tras caer unas gotas, las cofradías decidieron cubrir las imágenes y, en una reunión urgente, la Junta de Cofradías decidió suspender el desfile.

En el recuerdo de vecinos y visitantes quedaba el evento del Jueves Santo, que volvió a demostrar los méritos por los que la celebración de Vinaròs ha sido reconocida como fiesta de interés turístico autonómico.

Un total de 14 cofradías con otras tantas imágenes, procesionó por la ciudad con unos 1.300 cofrades que participaron ante la mirada de miles de espectadores. También intervinieron cinco grupos de cornetas, bombos y tambores, además de dos bandas de música, la de Vinaròs cerrando el recorrido y, especialmente invitada, la de Xert, responsable de abrirlo.

En total, se implicaron en las citas entre cofrades, costaleros, músicos, penitentes y autoridades --sin estar presente el alcalde, Enric Pla-- 2.000 personas.

La novedad de este año fue el adelanto horario, ya que se inició a las 20.30 horas. La Federación de Cofradías quiso mantener el cambio introducido el año pasado en cuanto al itinerario. Las cofradías cuya sede está en la parroquia Santa Magdalena partieron desde allí mismo y, el resto, desde la plaza Parroquial. El punto de encuentro de las dos rutas fue en la confluencia de la avenida País Valencià y la calle Doctor Fléming. Destacadas relevancias tienen en esta Semana Santa varias cofradías por cumplir significativos aniversarios, como Virgen de las Angustias, que llega a los 90 años; y Cristo Cautivo-Virgen de la Merced, 25 años.

Los cofrades ya esperan con ganas las citas del 2017. H