El sector del comercio de Peñíscola celebró ayer la última edición del año de Botigues al carrer. A lo largo de la jornada un total de 26 puestos, repartidos en la explanada del paseo marítimo, realizaron las últimas ofertas de la temporada aprovechando la afluencia de visitantes y las temperaturas agradables del puente festivo de Todos los Santos. En este 2019 han sido cuatro las ocasiones en las que la Associació de Comerciants ha salido a la calle para dar a conocer sus productos, y, de paso, para reiterar su reivindicación de lucha contra el negocio ilegal del top manta.

Con el fin de concienciar al consumidor, algunas de las paradas mostraron carteles contra este problema, que se manifiesta de manera especial en destinos turísticos en los meses de mayor presencia de visitantes. En el caso de Peñíscola, el año que está a punto de acabar pasará al recuerdo como uno de los peores en este sentido. «Se han visto más manteros que nunca, no solo por las noches sino prácticamente a todas horas, en lugares céntricos como cerca de la oficina de turismo», expresó María, una de las participantes. La queja llegó a su punto más elevado en agosto, cuando los responsables de tiendas desplegaron simbólicamente sábanas blancas para pedir medidas a las administraciones.

Otro nuevo factor fue la escasez de efectivos de vigilancia. La normativa autonómica que regula en funcionamiento de las policías locales impide las contrataciones de refuerzo en verano, como era costumbre en municipios turísticos. A pesar de las 3.000 horas extras aprobadas en Peñíscola para reforzar el servicio de los agentes fijos, y los cerca de 10.000 objetos incautados a los manteros la competencia desleal se hizo notar, para desesperación de los comerciantes.