La nieve y la lluvia volvieron a aparecer, ayer, en la provincia de Castellón, aunque de una forma muy tímida. Tanto, que los copos que cayeron durante la mañana en algunas zonas del interior, como Els Ports o la Tinença de Benifassà, ni siquiera cuajaron.

Los cielos despejados vuelven hoy a la provincia pero, mañana, las precipitaciones débiles -en forma de nieve a partir de los 800 metros de altura- podrían hacer acto de presencia, en especial, durante las últimas horas del día. Según el catedrático de Climatología de la UJI, José Quereda, la explicación de este tiempo cambiante está en una borrasca que se encuentra estable en Mediterráneo, entre las islas Baleares y Cerdeña. “Cuando se mueve un poco, afecta a Castellón y como los vientos soplan de norte o noroeste, en el interior se pueden dar nevadas, pero no con los grosores de finales de febrero”.

Este investigador coincide con las fuentes consultadas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que apuntan a una estabilización del tiempo cara al próximo fin de semana, que será soleado y menos ventoso que el anterior, con lo que volverá la sensación térmica primaveral.

La semana próxima, en la que muchos municipios celebran las fiestas falleras, continuará el tiempo estable, al menos durante la primera mitad, cuando la borrasca dará paso a un anticiclón en la zona mediterránea. H