L’Alcora acoge a uno de los toros más famosos del mundo. El Museo de Cerámica de la localidad atesora en su catálogo, además de sus esplendorosas colecciones de cerámica artística del siglo XVIII, la vanguardista y la de alfarería, un ejemplar del Toro Farnesio, un grupo escultórico de inspiración clásica que representa el suplicio de Dirce, anudada a un buey por Zetos y Anfión en venganza por la violación de Antíope, y que es muy reconocido, probablemente debido a su espectacularidad derivada de la gran cantidad de moldes que son necesarios emplear para su confección y de la complejidad que requiere su montaje.

Hasta la fecha se conocen numerosos ejemplares en varios formatos y de muy distinta calidad, puesto que los moldes se han ido renovando cada cierto tiempo debido a su uso, que llega hasta mediados del siglo XX.

Como manifiestan desde el museo alcorino, la fuente de inspiración de esta escultura fue el grabado de Jean Audran, al estar incluido en la publicación de Bernard de Montfaucon Antiquité Expliquée, que es uno de los libros de grabados que, según Alexius Feit, adquirió Joseph Olérys en París por orden del IX Conde de Aranda, cuando fue contratado como director artístico de la Real Fábrica en junio de 1725, dos años antes de su puesta en funcionamiento en la capital de l’Alcalatén.

No obstante, a pesar de que se ha atribuido su introducción en el repertorio de la producción local a Julián López, según un reciente estudio de Ximo Todolí parece que la escultura de l‘Alcora fue modelada por Joaquín Ferrer no antes del 1828. De hecho, el Conde de Casal publica un inventario general de la Real Fábrica de 1800 en el que muestra su extrañeza por no hallar la obra en el listado.

Éxito del modelo

Muchas colecciones y museos de todo el mundo conservan algún ejemplar de este modelo, cuyo éxito fue inmediato y absoluto. También la colección local Cabrera-Ahís mantiene una réplica.

Además, la historia de esta pieza aún continúa viva. Los moldes custodiados por Vicente Artero han sido aportados recientemente al Museo de Cerámica por Maribel Vivas y Salvador Plaza, entre ellos los 32 que conforman este grupo escultórico, algo que desde el centro han recibido con «orgullo» y permitirá «garantizar la pervivencia de un material frágil y delicado que forma parte del extenso universo que es el patrimonio cerámico», destacan.

Y es que la obra fue una de las especialidades más apreciadas de la Real Fábrica. Son muchos los dioses y personajes de la antigüedad presentes en el repertorio escultórico de l’Alcora, pero probablemente el Toro Farnesio es el más popular de todos ellos y el que da nombre a la obra conocida y replicada mundialmente.