Un toro de Miguel Parejo protagonizó en la tarde de ayer no solo el bou en corda, sino también una espectacular huida de alrededor de una hora por los campos de naranjos de les Alqueries.

En principio, el astado debía cubrir durante su exhibición un trayecto de unos tres kilómetros. La salida fue muy rápida y enseguida adelantó a los encargados de tirar de la cuerda. El animal demostró brío y obligó a los aficionados a correr de lo lindo. Al llegar al final de la calle Caixer, se le ató a una farola para que pudiese descansar unos minutos.

Pero fue en ese momento cuando la cuerda quedó destensada y el lazo se soltó, lo que liberó la res. El toro emprendió la fuga campo a través. Entre naranjos, recorrió parte del Camí de la Regenta, pero antes de llegar a la Creueta salió al eje viario, subió el puente que salva la vía del tren y antes de alcanzar la Ratlla con Burriana volvió a los huertos.

La agilidad en la localización del animal permitió que, con la ayuda de un manso y la pericia de los colaboradores taurinos de la localidad, se le atara y se le devolviera pronto al camión.

Pese a que los aficionados pedían continuar con el bou en corda según el trayecto previsto, los responsables festivos dieron por finalizado el mismo y se optó por seguir con la exhibición del tercer toro cerril de las fiestas en honor a la Mare de Déu del Niño Perdido, de Hermanos Cambronell, pero ya dentro de la vila.

La edila de Fiestas, Lorena Maure, que estuvo en todo momento a pie de búsqueda del astado, explicó que la clave fue «la rapidez con la que se activó el dispositivo y la cantidad de medios que enseguida se pusieron en marcha».