Aunque lo sucedido ayer rompió los esquemas y la serenidad de los responsables de la organización de les Penyes en Festes, tras confirmar que los toros que se habían escapado del encierro estaban controlados y no se habían registrado heridos, el ánimo festivo volvió a ser el protagonista en la Vall d’Uixó.

De hecho, mientras gran parte de la directiva se centraba en garantizar que el incidente taurino se saldara sin consecuencias, en la explanada de las carpas se repartía leña y arena entre las peñas para que pudieran participar en la I Torrà Popular, una de las novedades incorporadas al programa para aumentar las citas lúdicas diurnas.

Porque la del lunes se prometía una jornada muy intensa --y lo fue incluso más allá de los planes previstos--, dado que a la segunda convocatoria del concurso de ganaderías, que contó con la intervención de Alberto Granchel, se sumaron el citado asado, un baile para la gente mayor en el Hogar Sagrada Familia, la primera Nit Taurina, con ganado de Hermanos Ozcoz, y una noche musical a cargo del grupo Assekes y un tributo a Obrint Pas.

Si algo quiso destacar el presidente de la entidad, Vicente Pitarch, de lo sucedido fue «la comprensión y colaboración de la gente». Porque, conscientes de que la directiva tenía su interés centrado en otros menesteres más complejos, no fueron pocos los peñistas que contribuyeron al montaje y desmontaje de las mesas en la comida.

Con el ánimo tocado, pero con la filosofía de que el espectáculo debe continuar, por la tarde se retomaron los eventos taurinos con el ganadero Alberto Granchel. Sus animales respondieron y consiguieron una puntuación de 114,5.