Las paradas de adornos de Navidad y de regalos se unieron a los cítricos y a la alcachofa en Torreblanca. La población de la Plana Alta celebró ayer sus dos muestras comerciales más especiales de todo el mes de diciembre. Por una parte, la feria cítrica, en la plaza Mayor, y por otro lado, la feria navideña, en la plaza de la Iglesia y en la calle Sant Antoni. Ambas, combinadas y culminadas por una sesión de tardeo que atrajo a un público de lo más variopinto con ganas de diversión.

La jornada dio comienzo a las 11.00 horas con la inauguración del recinto ferial. Media hora más tarde se ofreció una degustación de zumo de naranja. Los más pequeños tuvieron su protagonismo con un taller matutino de manualidades temáticas y los castillos hinchables. También para los niños fue el taller medioambiental llevado a cabo por el Prat.

El colofón más lúdico lo encontraron los asistentes en la parada ocupada por la asociación de jóvenes. A partir las cinco de la tarde, los vecinos y visitantes pudieron disfrutar de un tardeo de un sábado en pleno fuente de la Constitución.

Cerca de 30 estands

Los 30 puestos de naranjas, limones, alcachofas, decoración navideña y bolsos, entre otros, reunieron a más de un millar de visitantes. Según el concejal de Juventud, Rubén de la Cruz, el hecho de unificar las dos ferias en una única ha supuesto «un gran éxito». «Anteriormente, la muestra citrícola se organizaba durante el mismo puente de la Constitución, mientras que la de Navidad se dejaba para más adelante en el mes de diciembre», añade el edil.

De la Cruz también destaca que «la cifra de asistentes se ha duplicado con respecto a cada una de las ferias por separado». Y todo ello gracias, en parte, a la buena meteorología que acompañó a la jornada de ayer y, «a pesar de los eventos similares en las localidades vecinas de Orpesa y de Alcalà, que se celebran paralelamente durante este puente», concluye.