Tras la polémica suscitada en su momento por la falta de espacio en el cementerio municipal de Burriana y la consiguiente preocupación que la situación generó entre los vecinos, la empresa adjudicataria del proyecto trabaja a contrarreloj para cumplir los plazos de construcción de los primeros nichos que formarán parte de la ampliación del recinto.

El pasado 2 de enero, Urbamed Infraestructuras SL ya trasladó la maquinaria necesaria para comenzar las tareas iniciales, como el desbroce y preparación del solar reservado para el crecimiento del camposanto, porque el tiempo apremia. Según las pautas estipuladas en el pliego de condiciones, en 16 días desde el inicio de las obras deben habilitar las primeras 32 sepulturas para su uso y debe haber concluido la urbanización del área afectada para permitir el paso de cortejos fúnebres, además de ejecutar la conexión entre las actuales instalaciones y su ampliación.

El plazo para ejecutar la totalidad de las obras previstas es de tres meses, a contar a partir de la firmar del acta de replanteo, formalizó el pasado día 9.

El presupuesto del proyecto ronda los 400.000 euros, que destinarán a transformar el solar más cercano a la carretera de Almassora, adyacente al cementerio, que tiene la superficie suficiente para permitir la construcción de 140 nuevos nichos.

REVESES BUROCRÁTICOS / La ampliación de estas instalaciones municipales ha sufrido numerosos reveses burocráticos que han retrasado su ejecución y que ha sido motivo de críticas constantes por parte de la oposición. El pasado mes de octubre, el Partido Popular hacía patente su descontento con la gestión que el equipo de gobierno estaba realizando de la escasez de sepulturas dado que, como señalaron, estaban llegando a una situación límite.

La respuesta del concejal de Cementerio, Hilario Usó, fue lamentar el alarmismo, al afirmar que en la zona antigua quedaban alrededor de unos 100, a los que había que sumar los 35 del área nueva, por lo que «no existe riesgo alguno y los enterramientos están, por supuesto, garantizados». Con el rifirrafe político se aliaron inconvenientes como la retirada a última hora de las dos primeras adjudicatarias.