Salen a la luz los orígenes de Culla que revelan su pasado ibero. A principios de año, el consistorio retomó los trabajos arqueológicos en las ruinas del antiguo castillo, con la intención de recuperar este tesoro. Gracias a estas actuaciones, se han producido nuevos hallazgos que permite documentar mejor la historia de este municipio del Alt Maestrat.

Los fragmentos cerámicos localizados en las excavaciones son del siglo III aC, correspondientes a la época ibérica, y evidencian su ocupación temprana, donde más tarde emplazarían la fortaleza medieval. De hecho, con 300.000 euros de las ayudas de los Feder pretenden impulsar el yacimiento como recurso cultural y posicionarlo turísticamente.

«Teníamos constancia de asentamientos prehistóricos gracias a descubrimientos como las pinturas rupestres de los abrigos del Molinell, el Bovalar y la Covarcha, los descubrimientos arqueológicos en la Font de la Carrasca y la Roca del Corb o el poblado ibérico del Collet del Salzé; pero este establecimiento en lo alto de la muela que corona la población todavía estaba por documentar y confirmar», explicó ayer el alcalde, Víctor Fabregat. «Nuestra obligación --añadió el primer edil-- es trabajar para sacar a la luz este importante patrimonio y ponerlo al alcance de los vecinos y visitantes, para que conozcan mejor el pasado de la localidad».

En este sentido, el munícipe indicó que las acciones se prolongarán hasta noviembre del 2019, por el equipo de arqueólogos, topógrafos y documentalistas coordinados por Rafael Martínez. Cabe recordar que en el 2017 y el 2018 ya se llevaron a cabo diferentes intervenciones en el enclave, subvencionados por la Diputación de Castellón y con los recursos propios del consistorio, que ya concluyeron con revelaciones de gran valor histórico.