Los trabajos de restauración de la Cruz Cubierta de Jérica entran en su fase final. La semana pasada, los técnicos de la Dirección General de Patrimonio, junto con los técnicos del Institut Valencià de Conservació i Restauració (IVCR), y el concejal de Patrimonio, Jesús Navarro, visitaron las obras.

Tras la intervención arquitectónica, en la que se han solucionado todos los problemas estructurales que presentaba el monumento, se ha procedido a la intervención de las pinturas decorativas, que están realizadas al temple. Estas se encontraban muy deterioradas por el paso del tiempo y los efectos de encontrarse expuestas a la intemperie.

La primera actuación ha sido la consolidación de todas las grietas, zonas abolsadas y con peligro de desprendimiento, mediante inyección de mortero libre de sales, en unos casos; y mortero de cal y arena, en otros. Una vez finalizada la fase de consolidación, se ha realizado la limpieza de la capa pictórica mediante métodos mecánicos y químicos.

Actualmente, se está trabajando en el estucado y reintegración cromática de las zonas que han sufrido pérdidas de capa pictórica o de preparación, para facilitar la lectura del conjunto, si bien, por el alto grado de degradación de estas, se ha optado por un criterio arqueológico, que no altere, ni falsee los restos de pintura que existen conservados.

DESDE DICIEMBRE

El pasado mes de diciembre se iniciaron las obras de rehabilitación de esta cruz de término, catalogada como de interés cultural, cuya construcción data del año 1511. Al principio, solo existía esta pero, en 1550, se construyó un templete arquitectónico formado por cuatro pilares estribados, fabricados en sillares y arcos ojivales, que sustentan un tejado.