La tradición de Sant Nicolau va en auge en Burriana y cada año no solo son más los restaurantes que preparan el típico almuerzo, sino que el incremento de vecinos que se suman a la fiesta es notable. En los colegios también se viene celebrando con fuerza y eso ayuda a recuperar este festejo.

Y es que el día de a Constitución, en la ciudad, está marcado por una festividad tan singular como peculiar. Es el almuerzo a base de longaniza de cerdo, con huevo, panceta y unas patatas fritas. Eso, y las espadas para luchar en el interior de los bares y restaurantes. Independientemente de la edad, son especialmente las personas mayores las que viven estos momentos con más alegría, pues reeditan los pasajes de su época de juventud, cuando la tradición estaba muy arraigada.

Los asistentes a la cita van predispuestos a vivir una mañana diferente y en algunos locales incluso es el propio gerente el que se preocupa de abastecer de espadas a todos sus comensales.

Desde hace unos años y cada vez con más fuerza, la lucha entre los asistentes con sus armas de madera y los cánticos se complementan con la presencia del propio Sant Nicolau y, en ocasiones, también el Rey Moro, que dedican unas palabras a los presentes. Esta edición, uno de los restaurantes agasajó a sus comensales con música en directo.

El origen de esta tradición parece ser que data del siglo XIV, cuando convivían moros y cristianos y cuando los segundos querían obligar a los primeros a comer longaniza de cerdo.