Un año y cuatro meses después de que el tripartito de Vinaròs aprobara recuperar el proyecto de la piscina municipal, su ubicación está en el aire. El ejecutivo local ha acordado eludir el que en algunos momentos se ha convertido en asunto de debate en el seno de la corporación y, finalmente, habrá consulta popular para decidir en qué lugar debe instalarse. Una cita que será en noviembre, aunque la fecha todavía no se ha hecho pública.

El alcalde, Enric Pla (Som Vinaròs); el primer teniente de alcalde, Guillem Alsina (PSPV); y el segundo teniente de alcalde, Domènec Fontanet (Compromís), comparecieron ayer para informar de este paso y anunciar su compromiso de que respetarán el resultado que se obtenga de dicho sondeo. La pregunta será simple, cuestionándole al ciudadano qué espacio considera mejor, si la de la avenida Leopoldo Querol o la actual ciudad deportiva.

El proyecto de la piscina municipal, infraestructura aún pendiente en el municipio del plan Confianza, se encuentra en estos momentos a la espera de su aprobación por parte de la Generalitat. En el equipo de gobierno hay diferentes posturas sobre la idónea ubicación de esta infraestructura deportiva y social. Por un lado, Tots y totes som Vinaròs y Compromís apuestan por su construcción más céntrica y, por otro, el PSPV prefiere levantarla en la ciudad deportiva. Por parte de la oposición, el PP, aunque era partidario de la ampliación de la actual instalación --que es privada--, también se ha decantado finalmente por la opción socialista, igual que PVI y Acord.

El estudio de viabilidad realizado para contemplar las dos posibilidades deduce que generarían pérdidas para el Ayuntamiento. En el caso de Leopoldo Querol, lugar más accesible, calculan que el consistorio debería aportar 100.000 euros anuales. En la ciudad deportiva serían unos 180.000 euros al año.