Los peores vaticinios se han cumplido y la temporada de la trufa de invierno ha sido «para olvidar», tanto en oferta como en precios. «La campaña ha sido nefasta, como predijimos al principio del periodo, a causa, entre otros factores, de la gran sequía», apunta Javier Segura, experto truficultor.

En el norte de la provincia, donde se encuentra buena parte del preciado hongo, la producción ha sido ínfima. Y la falta de la esperada tuber melanosporum ha repercutido directamente en el precio. «La trufa de más calidad a precio de truficultor ha llegado a los 1.200 euros, lo que significa que en los restaurantes se ha pagado mucho más cara», explica el buscador José Antonio Cruz, quien insiste en que la principal responsable ha sido la falta de lluvias antes de arrancar la época fuerte. «El futuro pasa por las plantaciones. Con la demanda actual, solo con hongo silvestre es imposible abastecer al mercado, porque cada ejercicio hay menos en el monte», asevera Segura.

JORNADAS // De hecho, la ausencia de producto en el campo y el consiguiente encarecimiento del mercado trufero ha tenido repercusión en la restauración, donde las jornadas dedicadas a este oro negro, como se la conoce, se han visto afectadas. Y así lo reconocen los propios hosteleros. «Me ha sido muy difícil encontrarla semanalmente para poder proveerme. Además, la demanda por parte del cliente ha sido excelente, pues esta propuesta gastronómica es conocida y el comensal pide los platos ofertados especialmente para la ocasión», apunta Carlos Gutiérrez, de Casa Roque.

E incluso el jefe de sala del Vinatea, Diego Alcón, reconoce que ante la falta de mercancía han tenido «que dar por acabadas antes las jornadas, lo que repercute negativamente en el negocio, ya que aún hay clientes que preguntan por un menú» que ya no pueden «ofrecerles», subraya.

Los precios se actualizan semanalmente y la escasa oferta y la gran demanda ha tenido consecuencias de vértigo. «El aumento de los costes también lo hemos notado mucho. De hecho, hemos tenido que variar el precio del menú cada siete días, adaptándolo a la cotización de la trufa en el mercado. Y es que nos la han llegado a ofertar incluso a 1.700 euros el kilo», apunta Alcón.