Casi una semana después del corte de la N-232 para la reparación del puente de la Bota, en el inicio del puerto de Querol, ya se observan problemas por la deficiente señalización en una de las rutas alternativas.

A tan solo siete kilómetros del entronque de la CV-128 con la nacional, en la primera rotonda de la variante de Catí, un escueto folio impreso en ordenador, colocado sobre film de plástico en la tercera salida, indica la ruta a seguir hacia Morella.

Desde el primer día, no son pocos los conductores que al llegar a este punto dudan de la ruta a seguir y entran en Catí desorientados. Una vez allí, preguntan a los vecinos por la dirección para llegar a Morella o continuar dirección hacia Zaragoza.

En general, los afectados son turistas que pasan unos días en la costa del Baix Maestrat y se dirigen a visitar Els Ports. A ello, se suma que varios camiones de gran tonelaje han tenido que dar la vuelta al estar prohibido el paso de vehículos pesados por dentro de la población, desde que se inaugurara la variante en septiembre del 2008. Un problema que se agrava por la noche y de madrugada al no haber transeúntes para preguntar.

BENEFIcios para catí // Esta situación, incomoda para los usuarios que se van a Morella, no es del todo mala para Catí. Algunos de los viajeros desorientados, ante la complejidad de las indicaciones de los vecinos, optan por quedarse. Visitan los monumentos históricos catinenses, como la lonja medieval o la iglesia. También preguntan por las carnicerías y por restaurantes y bares. Sin ir más lejos, Vicenta Beltrán, propietaria del quiosco en la entrada del pueblo, comentaba que la gente que paraba a preguntar dudas, aprovechaba para comprar en su establecimiento. Otros, optan por quedarse a comer en el municipio para reponer fuerzas cara a afrontar la ruta.

Seguramente, los comerciantes morellanos no pensarán lo mismo, pues a buen seguro que este corte de carretera, que puede prolongarse 45 días según las previsiones, y más aún con la deficiente señalización, les va a perjudicar en sus negocios.

Además, los usuarios habituales de la nacional también denuncian el peligro de las vías alternativas al multiplicarse el volumen del tráfico, sobre todo de camiones, en estas carreteras del interior que tienen un arcén más estrecho en la zona de Catí y en la de Ares del Maestrat. H