Es el proyecto urbanístico más importante planteado en la historia de Burriana. La esperanza del resurgir turístico de esta localidad de la Plana Baixa con raíces citrícolas que quiere buscar nuevos revulsivos a su economía. El PAI Golf Sant Gregori, que prevé el desarrollo de 2,5 millones de metros cuadrados, vive momentos trascendentales, en los que el Ayuntamiento, los cerca de 400 propietarios de los terrenos y el urbanizador deben decidir si el ambicioso plan ve la luz, tras 16 años de trámites, o se queda en nada y se echan al traste horas de trabajo, negociaciones y mucho dinero invertido. El próximo miércoles los dueños de fincas englobadas en el PAI se reunirán para decidir si son partidarios de reactivarlo o se decantan por rescindir por completo la condición de agente urbanizador a la compañía que puso en marcha el proyecto.

La voluntad de todas las partes implicadas es decisiva para desbloquear este plan que, aunque tiene casi todos los permisos --solo le falta el de impacto ambiental para poder regenerar la costa--, aún no ha comenzado las tareas de urbanización. Y es que lo más complicado de la tramitación ya está resuelto, a pesar de los cambios de criterio de la administración municipal. En caso de dejar caducar el planteamiento será muy complicado, largo y costoso plantear otro en el tiempo, ya que deberá regirse por la nueva legislación que requiere unas exigencias urbanísticas y ambientales diferentes.

Los inicios

Este PAI se remonta a noviembre del 2000, aunque tuvieron que pasar cuatro largos años para que las diferentes administraciones afectadas por el planteamiento urbanístico, tanto de carácter estatal como autonómicas, dieran su visto bueno definitivo. Tras dicha aprobación que posibilitaba el inicio de las obras de urbanización, sobrevino la crisis económica e inmobiliaria que imposibilitó su efectiva ejecución, que perdura hasta hoy. Sin duda, Golf Sant Gregori es otro de los trenes que pudo parar en Burriana y que, definitivamente, ha pasado sin parada, salvo que las partes afectadas lo remedien.

La ausencia de industrialización en el municipio y la escasez de edificaciones durante la época del boom inmobiliario, como consecuencia de una ordenación urbanística de calidad y respetuosa con el medio ambiente, sitúan a Burriana en una posición inmejorable para abordar con optimismo, no exento de problemas, esta incipiente etapa de crecimiento económico.

Y es que este proyecto es uno de los pocos que tiene casi todas las autorizaciones completadas de los que en su día se plantearon a orillas del Mediterráneo, lo que es su principal baza para captar compradores. El objetivo inicial es urbanizar esta gran extensión, construir 6.000 viviendas y un campo de golf, para que el programa marcara un antes y un después con la llegada de un turismo familiar, deportivo y vacacional de alto nivel. Aun así, aunque las previsiones iniciales son optimistas, el desarrollo de una parte de este proyecto ya supondría un importante revulsivo.

Demanda

La demanda potencial del producto inmobiliario de Golf Sant Gregori, debido a su ubicación y posibilidades, presenta componentes diferenciados. Por un lado, un importante porcentaje de demanda local y provincial, ya que la población total a unos 15 kilómetros a su alrededor sobrepasa los 350.000 habitantes, un 60% del total de la provincia.

Y por otro lado, un alto porcentaje de demanda nacional que busca destinos no saturados, y que tendría su principal objetivo en Valencia y su área metropolitana, Madrid, Aragón y País Vasco, todo ello favorecido por las infraestructuras de carreteras o ferroviarias existentes. Además, existe un importante porcentaje de demanda extranjera, principalmente desde Inglaterra, Francia, Alemania o los Países Nórdicos y Rusia, tanto por el clima y localización privilegiada, como por la práctica del golf o incluso de deportes náuticos en el puerto deportivo de Burriana.

También los aeropuertos de Castellón y Valencia, situados ambos a unos 40 minutos, son un aliciente más para la llegada de este importante flujo de turistas. A estas prestaciones y posibilidades hay que añadir la entrada de capital inversor extranjero interesado en productos inmobiliarios en la costa que se está produciendo a nivel nacional.

Los diferentes partidos políticos del consistorio y los operadores afectados (vecinos, propietarios y urbanizador) son conocedores de que una eventual declaración de caducidad y archivo del PAI va a generar innumerables reclamaciones judiciales entre las partes, que serán letales para la viabilidad de este proyecto de gran envergadura.

Permisos

En cuanto a los permisos, el hecho de que este proyecto ya cuente con casi todos los beneplácitos de las administraciones competentes es básico para su puesta en marcha a corto plaza. Y es que el futuro Plan de Acción Territorial del Litoral (Pativel), cuya aprobación es inmediata, imposibilitan el desarrollo urbanístico residencial de otras zonas próximas, lo que supone una oportunidad para Burriana. El Pativel no afecta a Sant Gregori, salvo que una desclasificación generada por la caducidad y archivo del PAI, se convirtiera en realidad y no se acometiera su ejecución en el plazo de cinco años. H