Las precipitaciones de primavera podrían dar un impulso a la próxima campaña de la trufa de invierno en Els Ports. Las recientes tormentas localizadas abren expectativas positivas entre los expertos, más aún tras una última temporada que no dejó los resultados deseados.

El miembro del Consejo Regulador del producto en Morella, Jorge Membrado, se muestra optimista y apunta que, “esta época es fundamental, hemos tenido unos meses con precipitaciones que favorecerán al hongo, ahora necesitaríamos un verano con continuidad de lluvias en el que se registraran unos 12 litros por mes y que el agua se expanda por todo el territorio, no solo en puntos concretos, si fuera así, casi podríamos asegurar que la recolección a partir de noviembre será fantástica”. El diamante negro necesita humedad y, por ello, la situación actual de lluvias regulares facilita su desarrollo.

TRUFA DE VERANO // Por otro lado, hace un mes se inició la temporada de la trufa de verano que se está pagando a 40-60 euros el kilo y puede llegar a precios de 80-100 euros, lejos de lo que se paga por la negra. Membrado informa sobre este comienzo que, “de momento, sale seca, pero tal como están las cosas, en dos o tres semanas la que se encuentre será muy buena”. De todas formas, el mercado aún lo copa la tuber melanosporum al ser más demandada.

A diferencia de los hongos que se recogen en los meses invernales, la actual es más suave en sabor y aroma. Los dos tipos de trufa son muy similares, pero el exterior de la veraniega es más rugoso. Su interior también es diferente al ser más blanca con un tono color avellana.

Las zonas donde se crean también son parecidas aunque la trufa actual no es tan exigente con el suelo y es más resistente a los cambios meteorológicos. Incluso algunas plantaciones micorrizadas de la negra extraen de la de verano, “un tema a estudiar”, según el recolector morellano. H