Bien podría llamarse Avispada, porque al cierre de esta edición permanecía en marcha el dispositivo de búsqueda de una vaca brava que se fugó en Nules hasta en dos ocasiones a lo largo de este viernes, poniendo en jaque a la Policía Local y la Guardia Civil, pero sobre todo a su dueño, que la perdió por partida doble. En estas circunstancias, la astucia del astado parece probada.

La primera alerta que saltó, como relató el alcalde, David García, a las 11.00 horas, cuando la policía recibió una llamada que avisaba de que «una vaca brava se había escapado de un corral e iba por el camí Caminàs».

Búsqueda con dron

De inmediato se puso en marcha un dispositivo de búsqueda en el que participó la recientemente creada Unidad de Drones Policial (Udropol), que tras un rastreo intensivo dio con la res en el cauce del barranco del Torrent. Avanzaba hacia el casco urbano, por lo que la Policía Local cortó por precaución los accesos a la antigua carretera nacional y al barranco de la Serraleta (en zona urbana).

Con la colaboración de un experto taurino, y utilizando los dos drones con los que cuenta el consistorio, incitaron al animal hasta que consiguieron encauzarlo «hasta el túnel de la vía del tren», donde lo acorralaron, lo encordaron y lograron inmovilizarlo y devolverlo a su dueño.

La sorpresa general llegó por la tarde, al recibir una nueva llamada: la vaca se había vuelto a escapar. En este caso, sin dejar huella. A última hora de la tarde, la policía confirmó que no había vuelto a tener indicios de su presencia.

Esta avispada vaca se sumará, sin duda, a la leyenda de otros astados fugados en la provincia, como la que corrió a sus anchas por la Serra d’Espadà más de 15 días tras escaparse en la Vilavella en el 2016 --acabó volviendo sola al redil-- o la famosa Rebeca de Burriana, que se escapó en el 2017 y de la que nunca más se supo.