Hace casi 50 años las familias que empezaban a instalarse en una nueva zona de expansión de la Vall d’Uixó, el que acabaría siendo el barrio más grande y más poblado, el Carbonaire, decidieron crear una guardería laboral. Las circunstancias de aquel momento y las actuales son muy distintas y por ello el Ayuntamiento, en junta de gobierno, ha decidido concederles, por segundo año consecutivo, una ayuda directa a través de un convenio de 11.000 euros para contribuir a su mantenimiento. Lo cierto es que, según explican desde la escuela infantil, si hay algo que desde el consistorio de la Vall nunca se ha puesto en cuestión, independientemente de los colores políticos, ha sido la contribución económica a la guardería, como se ha demostrado en las diferentes legislaturas, hasta el momento.

La singularidad de este centro infantil es precisamente haber conservado el sistema de funcionamiento original: está gestionada por la AMPA, que preside Teresa Gomis, por lo que es una entidad sin ánimo de lucro, sino un servicio muy similiar al de la única guardería pública de la ciudad. De hecho, está reconocida por la Generalitat Valenciana como Centre d’Educació Infantil y cuenta con bonos de la Conselleria, como cualquier otro parvulario de la red pública.

DISMINUCIÓN DE MATRÍCULA / En sus primeros años estas instalaciones eran vitales para los vecinos del Carbonaire, ya que a ella acudían los niños hasta los 6 años. Las cosas son muy distintas hoy en día, sobre todo desde que Educación ha abierto hasta tres aulas públicas de 2 a 3 años en la ciudad, en los colegios Rosario Pérez, Ausiàs March y Blasco Ibáñez.

De la matrícula de 46 niños del año 2016, se ha pasado en este curso a 28. Pese a las dificultades, en el barrio no quieren ni oir hablar de que se cierre su guardería y el Ayuntamiento está comprometido con evitarlo.