Lo que nació como una ocurrencia para solucionar el problema de saturación del polideportivo municipal de la Vall d’Uixó está más cerca de ser una realidad. El club de baloncesto de la ciudad está ultimando los preparativos para convertir una nave industrial en una pista de entrenamiento.

Tras plantear el proyecto a las familias que forman parte de la entidad y contar con su respaldo personal y económico --ya que ha supuesto el incremento de la cuota anual--, el club comenzó a trabajar en la adecuación de las instalaciones de acuerdo con la normativa urbanística en estos casos.

El Ayuntamiento manifestó la imposibilidad de hacerse cargo del alquiler de la nave, como propuso la entidad, pero eso no fue impedimento para que sondearan otras opciones. Entre ellas, ofrecer a empresas la posibilidad de publicitarse en la fachada del edificio para ayudar a sufragar el coste de alquiler de la nave, unos 2.000 euros mensuales. Y en cuanto al gasto necesario para adecuarla, la sorpresa para el club ha llegado de la mano de las empresas y profesionales que han querido contribuir de manera altruista.

Desde el arquitecto, Tico Peirats, que ha hecho el proyecto sin coste, pasando por Disazul, que hará la obra; Dioni Doñate y Con Ber Fusta, que se encargan de la carpintería; Solgas, que asume los trabajos de fontanería, o Vallsolprint, «que pintará el suelo con una material especial para practicar deporte», destacaron. La empresa Després del cole ha ayudado en la limpieza, junto a jugadores y familias, «y hemos rescatado y reparado las canastas que estaban tiradas en el campo de fútbol», cedidas por el consistorio.

Y para hacer partícipes de este proyecto a quienes no tienen vinculación directa con el club, han creado el carnet de simpatizante, que con un coste de 20 euros «servirá para que la gente haga un donativo y, a cambio, obtendrán descuentos en nuestros patrocinadores», señalan en la directiva.