Los valldalbenses cumplieron ayer con la tradición de subir en romería hasta la ermita de Sant Cristòfol, en uno de los actos locales más multitudinarios y participativos que este 2018 cumplió su vigésimo tercera convocatoria.

Como ocurre todos los años, la masiva participación fue la tónica dominante de la jornada, con miles de personas concentradas desde primera hora de la mañana en la plaza Mayor del municipio, frente al Ayuntamiento, preparadas para recoger el pañuelo que marca el inicio de la romería, presidida por la imagen tallada en madera de Sant Cristòfol.

Desde allí, los peregrinos iniciaron el ascenso hasta la muntanyeta. Primero los niños, acompañados por monitores, seguidos por los mayores. Todos se dirigieron al templo, situado en la cima del monte l’Albea, donde se celebró la tradicional eucaristía que fue seguida por todos en medio de un respetuoso silencio.

Y, para retomar fuerzas después del ascenso al paraje, los asistentes pudieron degustar una paella monumental, patrocinada por el periódico Mediterráneo, de la que se sirvieron más de 1.200 raciones. Una comida que puso la guinda a una mañana festiva marcada por la alegría y la camaradería de todos los presentes.

Aunque esta esperada cita también contó con un atractivo programa de actividades culturales y lúdicas. Y es que los vecinos pudieron disfrutar con los bailes folclóricos de la provincia a cargo del Grup de Danses de Vall d’Alba. Además, los más pequeños tuvieron a su disposición talleres y divertidas actividades.