La Concejalía de Medio Ambiente de la Vall d’Uixó quiere poner fin a la repetida imagen de numerosos rincones de la ciudad convertidos en improvisados vertederos urbanos, como consecuencia del actual modelo de gestión de la recogida de residuos voluminosos, consistente en establecer un día al mes --el último martes-- para sacar este tipo de objetos inservibles a la calle para que la empresa concesionaria los retire.

Lo que pretendía ser una opción facilitadora ha desencadenado en «una barbaridad», afirma el concejal del área, Fernando Daròs, quien asegura que «la gente acaba aprovechando ese día para dejar basura en la calle» y no solo muebles y electrodomésticos, que sería el objetivo. «Muchos vecinos se quejan y estamos de acuerdo con su malestar», de ahí que ya estén trabajando en un cambio «progresivo» del sistema, que pasará a ser «bajo demanda», de manera que el ciudadano llamará a la empresa encargada, que «acudirá a su domicilio a retirar los artículos de los que quiera desprenderse».

Una semana de problemas

La cantidad de voluminosos que se depositan en la vía pública el último martes de mes es tal, que suele tardarse una semana en completar el trabajo, con lo que supone aceras bloqueadas, cristales rotos o maderas con clavos. «Hay quien no tiene miramiento ni civismo», lamenta el edil, quien reconoce que el cambio no es sencillo ni puede ser inmediato.

Y es que se hace indispensable una renegociación del contrato de limpieza viaria y recogida de residuos sólidos urbanos, que no se limitará a abordar esta problemática, sino también a cubrir otras cuestiones, como la implantación del contenedor marrón para la separación de la fracción orgánica de la basura domiciliaria, entre otras mejoras que el equipo de gobierno considera indispensables para garantizar un servicio óptimo en este ámbito.

El edil de Medio Ambiente afirma que quieren «hacer las cosas bien», por lo que han encargado informes técnicos internos y externos que precisen las necesidades de la ciudad y establecer así el coste de las mejoras.

Además de eliminar la presencia de objetos en la vía pública, el cambio de modelo de gestión de los voluminosos «permitirá contabilizar con exactitud la cantidad de residuos que se retiran para su reciclaje o reutilización» porque, como resalta, «además de medioambiental, es una cuestión de dinero». El propósito del tripartito es poner de manifiesto y «desmentir» que pagan para reciclar, sino porque «no se recicla lo suficiente ni se hace bien», concluye el edil del área.