Caminar a los pies del pare Sant Vicent. No hay reina de las fiestas patronales de la Vall d’Uixó que, a la pregunta de cuál es el día que espera con más ganas, no responda que el de la procesión que tuvo lugar ayer por la tarde. Así lo expresó también la actual representante de la ciudad, Mar Fas, que pudo experimentar por fin ese sentimiento que arranca más de una lágrima y que solo puede entender y tratar de explicar quien lo vive, como ella, desde el nacimiento.

Tras unas pascuas a remojo, que habían obligado a suspender algunos actos con los que inauguraban las fiestas patronales, la meteorología reservaba alegrías a la Vall d’Uixó, las que les dispensó la Fira en un fin de semana con temperaturas muy agradables y un sol radiante, que llenó el recinto ferial, ofreciendo la mejor de sus imágenes.

Aunque para quienes profesan devoción a Sant Vicent, el momento culminante, tras la misa del mediodía, fue la citada procesión, en la que participaron, como es costumbre, familias completas, llamadas por una tradición que se transmite de generación en generación y que bien representa la Associación Vicentina, que recibe cada ejercicio a nuevas integrantes.